La Obra è
Entregados, más allá de ti y de mí…
Candente llama, espirituosa y
romántica, calor que te abraza y te embarga de amor y de alivio por saber que
hay quién en verdad te ama. Candente llama, prevista del flujo del todo y de la
nada, precisa lumbre que ilumina la sede de tu alma.
Cuando las llamas abarcaron
todo nuestro Ser fundiéndome yo y él, fue cuando sentí que era el instante de
dar vida a otro Ser, a aquel que desde las hermosas aguas llegó, fluyendo por
el manantial que hasta nosotros lo llevó. Eres nuestro hijo, eres todo nuestro
don, eres lo más eterno que pudo crear el mismo Dios.
Cuando el hijo acudió, de
silencio, agua y fuego el arrecife se invadió, las aguas de sal fueron el
manantial, siendo el fuego quien con la magia de sus destellos, dibujó la forma
de aquel que iba a encarnar.
La creación palpitó de gozo,
era tal la intensidad que de repente un sinuoso palpitar pudo escucharse,
procedía del mismo altar en el que se encontraban los más arcanos señores, los
únicos que lo conocían todo, pues sólo ellos estuvieron en los principios de
los tiempos.
El latido se acentuó las llamas
y las aguas lo cubrieron todo, la vida se generó, ardiendo de deseo el útero
del universo. De nuevo…silencio… sólo vida y silencio, nada más.
Texto y Narración a cargo de Núria Gómez y Karme Millán
Temple Inanna